4 de abril

Hace unos pocos días fue mi cumpleaños...

Para quienes me conocen saben lo importante que es ese día para mí.

Es solo 1 día en los 365 que el año trae, donde solo me concentro en mí.

Lo celebro con bombas y platillos, incluso desde antes.

Celebro la vida, Mi VIDA.

Celebro que ha transcurrido un año de alegrías y lágrimas

Celebro que ha transcurrido un año de errores y aciertos

... de luchas y ganancias, de amigos que llegan y otros que parten.

De soledades, de reflexiones que a veces ni yo las entiendo, pero igual las hago.

De toneladas de amor que recibo diariamente de personas.

Celebro que soy capaz de amar incluso cuando no recibo el amor como me gustaría.

Celebro que han pasado 365 días donde he podido respirar sin dificultad y de allí en adelante lo demás son bendiciones.

Sí. Mi cumpleaños es importante para mí, muy importante.

Un día, un solo día donde celebro todo eso y muchísimo más

un día en que recibo todo el amor de todos los seres que me aman.

Un día en que solo recibo todas las manifestaciones de agradecimiento y donde los míos, celebran conmigo.

Un día para recibir.

Gracias Gracias Gracias por celebrar conmigo.

Gracias Gracias Gracias a todas las personas que entendieron por que celebro la vida y celebraron conmigo.

No creo en ¨ después celebremos juntos tu cumpleaños ¨  y explicaré mis razones.

Son 365 días del año.

No voy a empezar con una lista de nobles acciones mías durante esos 365 días. No.

Pero quienes me conocen... las conocen.

Tampoco diré a quienes amo con locura, ellos saben que si me necesitan... no importa si estoy ocupada, no importa si es de día o de noche, no importa si llueve o hace sol, no importa si están a un metro de distancia o a cientos de kilómetros... llegaré.

Sin escusas, sin demoras.

En mi vocabulario, contar con alguien es eso.

Las palabras se las lleva el viento... corrijo, las palabras no se las lleva el viento, cuando las palabras no tienen el respaldo de las acciones... las palabras terminan cortando mucho más profundo que un bisturí.

¡Las heridas, claro que pueden cerrarse!! Pero siempre siempre dejan cicatrices y esas siempre quedan en la piel como un recordatorio eterno que te incumplieron alguna vez.

Este año mi cumpleaños fue agridulce.

Amaré por siempre a aquellos que se esforzaron por manifestarme todo su amor. Créame que sí me doy cuenta y guardo todo eso en un baúl de tesoros únicos que tengo en mi alma.

Amores que se irán conmigo a todas mis vidas.